lunes, 19 de julio de 2010

UTOPIA Y EMANCIPACION


--> --> Eskauriaza y las casas americanas
El proyecto “Deusto. Block#26” de Mikel Eskauriaza nos acerca a unos singulares bloques de viviendas sociales en Deusto. En ésta ocasión, el artista nos sorprende mostrándonos un trabajo en video además de unos fotomontajes, cediendo parte del protagonismo al propio espacio expositivo que es a la vez el protagonista del proyecto.
A finales de los años sesenta, por iniciativa de Viviendas Municipales, se construyeron en Ibarrekolanda (Deusto) tres edificios a los que se conoce popularmente como “las casas americanas”.  Diseñados por el arquitecto Rufino Basañez adoptan un concepto de vivienda social moderno inspirado en las ideas de los arquitectos soviéticos constructivistas, en el Narkomfin, en la casa Bloc de Barcelona y en l´unité d´habitation de Le Corbusier.
Mikel Eskauriaza (Bilbao 1969) ha puesto sus ojos sobre éste hito de la arquitectura en Bilbao y lo ha convertido en el centro de su actual proyecto artístico. Estos días nos muestra parte de ese material que se pretende completar con una publicación. Para hacerlo no ha querido recurrir a la galería de arte o a la sala de exposiciones sino al propio espacio protagonista.
Eskauriaza ha mostrado repetido interés en la arquitectura y el urbanismo en sus trabajos anteriores con lo que no sorprende que en ésta ocasión trabaje sobre un grupo de viviendas que le interesa como traducción local de un fenómeno internacional. Plantea el trabajo como un pretexto para a través de un ejercicio de crítica de arquitectura, traer a colación asuntos arquitectónicos, sociales y políticos en torno a la idea de la utopía y la emancipación y cómo se ven estas ideas desde nuestra realidad actual.

El apartamento que visitamos, éste espacio vital, construido para albergar a una familia humilde de una forma digna, se convierte en un lugar de encuentro y confrontación con algunos logros y fracasos de la arquitectura y el urbanismo. A la vez, el artista enfrenta sus fotomontajes, video y documentación con el propio edificio, con la vivienda por fuera y por dentro y también con su entorno.
Las primeras sensaciones aparecen ya cuando nos dirijimos a las casas. Entramos en un espacio privado que Eskauriaza ha hecho público durante unos pocos días. Tras franquear la puerta de la vivienda encontramos la intervención. El artista no ha querido convertir el apartamento en una galería y así incluso en la forma de presentar sigue siendo bastante doméstico. No ha utilizado marcos para sus impresiones sino que las ha colgado en la pared con chinchetas. En la planta baja la sala hace el papel de espacio de documentación.  Una vitrina con fotos, un libro… A la izquierda una fotografía antigua del edificio en blanco y negro cuya gruesa trama nos podría recordar un cartel. Dominando el espacio y en horizontal una gran fotografía actual del grupo arquitectónico. Se trata en realidad de un montaje realizado sumando fotografías realizadas desde diferentes ángulos. Hoy en día ésta visión, de un solo vistazo, no es posible pues la perspectiva no nos la permite. No es una imagen imposible pero si una visión imposible. Desde los ventanales del salón vemos la terraza que da al patio del edificio. El dentro y el fuera se relacionan.
En el segundo piso la primera habitación está ocupada de nuevo por dos montajes fotográficos, donde en éste caso lo que se destaca es uno de los laterales de la edificación. A través de la ventana y el balconcillo confrontamos nuestra vista con el entorno exterior. Una imagen tomada de google maps nos recuerda que lo que se proyectó como una urbanización de cinco manzanas finalmente se quedó en una sola.
Las imágenes que encontramos en la siguiente habitación ponen en solfa las intervenciones que se han llevado a cabo sobre el edificio. Barandillas, rampas, tranformador, pavimentos, antepechos,… En ésta estancia se nos muestra también el montaje correspondiente al otro lateral.
En la tercera y última de las habitaciones de la segunda planta, Mikel ha cerrado la persiana. Allí, en un monitor, se reproduce un video de 17 minutos de duración. La pieza estrella de la exposición. Unas imágenes en blanco y negro nos sitúan en Deusto. La música de Theater of Eternal Music (también conocidos como Dream Syndicate) suena con el inquietante gamelán interpretado por John Cale y Sterling Morrison. Vemos el edificio de Basañez en su estado actual. Pronto comienzan a aparecer protagonistas humanos. Son los propios vecinos en su hogar lanzando soflamas constructivistas: “No basta construir una locomotora, se le colocan las ruedas y ya corre, pero si la estación no tiembla por el tronar de los himnos, ¿para qué sirve la corriente alterna?” Malevitch, El Lissitzky, Gan, Mayakovski, Rodcchenko, Stepanova, Le Corbusier,… Un personaje leyendo un texto de Lewis Mumford nos da el contrapunto: “Con la ‘unité’, Le Corbusier revela la debilidad humana por un efecto monumental y estético. El resultado es una egocéntrica extravagancia, imponente como una pirámide de Egipto, que quiere procurarle inmortalidad a un cadáver, y —dicho humanamente— en igual medida desconsolador.”
Pero el punto de vista de Eskauriaza es más bien el contrario. Para él, el fracaso o la deshumanizacion del que se a acusado a la arquitectura del movimiento moderno tiene más que ver con estrategias desarrolladas desde el poder y la economía que con el verdadero espíritu que animó estas experiencias.

La exposición se acompaña de dos clarificadores textos analizando el proyecto de viviendas y el momento histórico en el que fueron concebidas. Sus autores son el historiador Luis Bilbao Larrondo y Paul Basañez, hijo de Rufino Basañez y también arquitecto.

Txema Agiriano