Kultur Bar nace en la Plaza del Corazón de María en 1990, por entonces yo estaba en el último curso en la Facultad de Bellas Artes. Tenía amistad con Biafra desde el colegio y él me introdujo a Alberto Urkiza, Bada, Arri, … cuando antes de esto hicieron Safi Gallery en Cortes y luego algunos de ellos también la exposición en el Gaztexe de la calle Banco de España. El otro día mi hermano Carlos me trajo el cartel de esta exposición donde yo también participaba con algunos amigos.
Por entonces conocía ya también a Beatriz Silva que llevaba Arte Nativa, y a algunas de sus amigas como Elena o Matxalen. En cuanto a exposiciones y conciertos Kultur Bar seguía siendo casi tan loco como Safi Gallery pero allí ya coincidíamos con la gente que estaba intentando hacer cosas sociales para el Barrio. Yo entonces vivía en Begoña, desde hace 20 años vivo en la calle Hernani, pero como poco una vez al mes acudía a la Plaza convenciendo a otros amigos para ir para ver los conciertos, performances y exposiciones. Recuerdo especialmente el concierto de música experimental de Stonehaus con Mikel Eskauriaza, algunas intervenciones de Asier Pérez y una performance de Beatriz Silva en la que se arrastraba desnuda sobre cristales cargando unas cadenas. La exposición colectiva en contra de la guerra fue otro hito.
Después vino la etapa de Las Chamas, en lo que ahora es Miribilla y antes de nacer Sarea creo que ya estaban instalados en la plaza Corazón de María, Recrea2 y DK Muralismo. Sarea nace en 1998. Exposiciones, conciertos, comidas populares y activismo social. Un lugar de encuentro entre vecinos y gente interesada en la cultura. Por entonces ya hacíamos el MEM y nos invitaron a hacer alguna cosa en el local. Mattin organizó un concierto muy experimental con un grupo de artistas extranjeros, que recibió sonoros abucheos. También recuerdo una actuación de Misstoll que esa si fue bien recibida.
Cuando Sarea se cierra en 2008 y empezaban las obras de la Plaza a todos los que estábamos haciendo cosas en el barrio nos invitan a participar en el nuevo proyecto. Abrir un bar y espacio sociocultural en la Plaza. Por allí estamos Eseté (germen de Colaborabora), Anti, Consonni, Zaramari, Histeria, MEM, Aldauri, la Coordinadora, las arquitectas,… y naturalmente Recrea2 y DK Muralismo que eran los instigadores. Reuniones durante años en el local de Ana y Bety sentados en las duras pero bonitas banquetas de diseño hechas con televisores y largas conversaciones con los responsables del Ayuntamiento consiguieron al fin en 2015 tener en la Plaza ese centro sociocultural autogestionado que estábamos buscando. El lugar de encuentro.
Entre tanto no estuvimos parados. Además de participar en lo que se cocía en el barrio organizamos conciertos, talleres para niños y exposiciones. Alguien consiguió las llaves de las lonjas que iban a ser Sarean, lo cual nos sirvió de apoyo para guardar las bebidas y poner la barra para las actividades. La electricidad venía de Aldauri o de Recrea2. La mayor parte del tiempo todo el trabajo fue de voluntariado. Luego, a través de subvenciones se fue consiguiendo algo de dinero para pagar una liberada.
Por entonces, a través de un proceso participativo, creamos Gau Irekia. También el Huerto Urbano de la Plaza Corazón de María.
En 2015 abre Sarean. Tiene un bar y restaurante que ayuda a financiar las actividades culturales de la asociación y que será a partir de entonces un punto de encuentro en la Plaza, hasta entonces, y más aún después de las interminables obras de la plaza un espacio cada día menos socializado. Habrá también ese espacio multifuncional donde se han hecho cientos de actividades en estos años.
El restaurante no tardó en convertirse en un lugar de referencia para las comidas de asociaciones, grupos de amigos y familias vinculadas al barrio.
En aquel primer año, Vicente con su gran corazón fue un referente para todos nosotros. Recuerdo cómo cuando no tenía clientela en el bar ayudaba a los niños de la plaza a hacer los deberes y especialmente enseñarles matemáticas.
Exposiciones colectivas donde Bada incitaba a los artistas a pintar sobre la pared, conciertos de punk donde la gente bailaba desenfrenadamente, la primera actuación de Rodrigo Cuevas en Bilbao, la exposición para el año nuevo amazigh, conciertos y bailes africanos, los cursos de lindy hop, las danzas vascas, tantas cosas y a la vez todo ello combinado siempre con actividades para los niños de plaza.
Los talleres de cocina han sido también uno de los puntos fuertes. Ir una tarde de jueves a conocer que se come en otras partes del mundo, aprender a prepararlo y luego degustarlo entre amigos y nuevos amigos. Descubrimos los olores de la cocina de África, las cazuelas gigantes de los navarros de donde Josu no paraba de repetir y como evento anual en la temporada las calçotadas, donde se juntan abuelos, padres e hijos mojando en la romescu alguna vez caragadita de whiskey.
En el primer intento de terraza descubrimos también a otros agentes del barrio como el loro de uno de los balcones que imita los sonidos del camión barrendero.
Cuando entró Juankar compartíamos ilusión en su proyecto. Con el se afianzó la terraza. El socio cocinero salió rana. Recuerdo cómo se reían mis amigos de mí por haber pedido los callos que decía que estaban un poco picantillos y que yo intentaba comer mientras caían lágrimas por mis ojos. Y la cara de espanto de una amiga cuando tras comer unas alubias quemadas el propio chef vino a preguntar a ver si estaban buenas.
A pesar de todas las dificultades Juankar y sus socios siguieron esforzándose y reinventándose hasta que ya vino la pandemia y tuvieron que dejarlo.
Hace un año algunos de nosotros propusimos que no había que dejar morir el espacio aunque de momento no hubiese un negocio hostelero. Para empezar, en junio del año pasado diferentes grupos se encargaron de hacer actividades para por lo menos abrir los domingos. Yago, el hijo de Bety Silva organizó una jornada memorable con música elecrtroacústica e incluso DJs.
Algunos vecinos como Tito nunca han dejado de venir a tomar su vinito siempre que el bar está abierto. También una señora mayor que acude con su hija y nos relata las anécdotas de la plaza. El domingo que reabrimos la terraza estaba tan contenta que no quiso marcharse hasta que cerramos el local.
En abril le dimos un nuevo impulso, organizando cada semana una exposición que funciona como un encuentro. Moriah es italiana y lleva 5 años en Bilbao, Pedro se dedica a la pintura y piensa hacer un cuadro nuevo para la exposición, Vera dice que ella es disfrutona. Allí se conocen y comparten mesa personas de diferentes ámbitos y generaciones.
Sarean sigue funcionando también algunos otros días durante la semana. Los de Caóstica proyectan films para toda la familia. Un grupo de nuevos socialistas proponen unas charlas y debates. Las jornadas de cine africano reúnen personas de diferentes orígenes, así que disfrutamos cuando tras la película algunos de los organizadores nos relatan las costumbres de sus pueblos. También es bonito ver como tras un concierto rock el publico ayuda a recoger las mesas y sillas.
La semana pasada una familia de origen bilbaíno que ahora vive en Mallorca vino preguntando si dábamos de comer. Nos contaron que siempre venían a Sarean cuando se juntaban todos. Es una parte de su historia y sus recuerdos.
En Bilbao, Junio 2021