sábado, 13 de abril de 2013

Annette Besgen en Espacio AVAart, Gijón




Annette Besgen

Nació en Nideggen (Alemania) en 1958
http://www.annette-besgen.de

Annette Besgen estudió arte en la Universidad de Siegen, Renania del Norte-Westfalia, donde tras sus estudios colaboró en labores de investigación dentro del campo de la pintura. Tiene su estudio y su residencia en esta ciudad aunque recientemente haya abierto un segundo estudio en Berlín. Desde 1990 y gracias a la obtención de diferentes becas para artistas ha vivido en Roma, París (Cité Internationale des Arts) y Estados Unidos. Entre el 2003 y el 2004, fue becada por el Bemis Center for Contemporary Arts de Omaha, Nebraska, y la Pollock-Krasner Foundation de Nueva York para desarrollar su trabajo en aquel país. Ha ejercido la docencia en la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Paderborn. 

El mundo real es el motivo de sus cuadros. Tal vez atraída por el sol del sur de Europa y las sombras que este provoca, Barcelona y Lisboa han ocupado el protagonismo de sus últimas series pictóricas. Y es que Annette se considera una pintora de la luz y de la sombra. En la ciudad del Tajo fija su mirada en los omnipresentes azulejos y en los viejos neones publicitarios, que ya en desuso, la pueblan. En la capital catalana, no detiene su mirada en los grandes monumentos, sino que pasea por las callejas hasta encontrar esos objetos en los que incide el sol mediterráneo para proyectar una sombra dura sobre el pavimento. Cercas ornamentales de hierro, paredes, suelos de azulejo y siempre la sombra constituyen el motivo que registra a través de su cámara fotográfica para luego, ya en el estudio, convertirlo en pintura.

La realidad se muestra inseparable de las sombras. Todo lo que arroja una sombra también debe existir de facto. Pero ella se centra no en el objeto sino en la inmaterialidad de la propia sombra. Un fenómeno al que le es inherente la temporalidad. Solo la apreciaremos de aquella manera en un momento específico, ya que el tiempo la transforma como hace avanzar las horas en el reloj de sol. Besgen disfruta analizando el paso del tiempo, deteniéndolo y dándonos conciencia de su paso. La cuidada elección a través de la instantánea de un motivo algo nostálgico, casi siempre trivial u olvidado, resulta asimismo importante.

El trabajo de esta excepcional artista se relaciona con los periodos temprano e intermedio del alemán Gerhard Richter; no obstante a ella podríamos considerarla más una pintora foto-realista. No tanto a la manera de Richard Estes, cargada de brillos y reflejos, sino más cercana a la del brooklynes Robert Nottingham con quien incluso comparte algunos motivos pictóricos como es el caso de los neones. Para realizar su trabajo, Besgen selecciona un fragmento de la realidad visible que fotografía ella misma y que será el que plasme en el lienzo de forma realista. Su análisis del misterio de las sombras y esa magia intemporal de sus cuadros nos recuerdan también la pintura metafísica de de Chirico. 

Los cuadros de Annette Besgen pertenecen a una artista que domina la técnica pictórica. A través de pinceladas imperceptibles crea imágenes llenas de magia que nos atraen y nos sorprenden. Podríamos afirmar que contemplar sus obras nos produce una impresión ambivalente de inquietud o calma, según la visión subjetiva de cada observador.

Txema Agiriano
Publicado originalmente en el catálogo de la exposición inaugural de Espacio AVAart. Diciembre 2012



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