jueves, 20 de mayo de 2010

EXPOSICIONES DE GUERRILLA en ESPACIO ABISAL




BREVE

Espacio Abisal. Bilbao

Varios artistas

Durante todo el año


EXPOSICIONES DE GUERRILLA

La galería Espacio Abisal de Bilbao, en combinación con su programación habitual de exposiciones de tres semanas de duración, ha optado en el último año por un nuevo formato de exposición al que ha llamado “Breve”. El último sábado de cada mes los artistas seleccionados se comprometen a montar, inaugurar y desmontar una exposición que sólo dura ese día.

El tiempo dedicado a una exposición viene definido por sus posibilidades de rentabilización. ¿Cuánto cuesta? ¿Cuánto puedo vender? ¿Cuántos visitantes podemos atender? ¿A cuántos visitantes podemos atraer? Unos cálculos que todo organizador debe plantearse a la hora de definir estas duraciones. En los museos el periodo de exposición suele ser de varios meses, en las galerías privadas de un mes, las ferias de arte comerciales abarcan unos pocos días y otras manifestaciones artísticas como la Bienal de Venecia 6 meses y la Documenta de Kassel 100 días. Ha veces los tiempos de exposición resultan totalmente excesivos, como por ejemplo los cuatro meses que duran buena parte de las exposiciones de la Sala Rekalde de Bilbao. Haría falta un mayor flujo de visitantes para su rentabilización, pero no es tarea fácil. En ocasiones es la propia exposición la que no resulta atrayente para un público amplio. Muchos museos ven en las visitas guiadas y talleres para niños y jóvenes la solución a una baja afluencia de espectadores. En el caso de los escolares se consiguen cientos de visitantes cautivos. Una idea más interesante es la de realizar actividades complementarias como proyecciones, charlas o conciertos. La combinación de otros eventos en el propio espacio expositivo puede ser un buen sistema para acercar el público a la galería. Los galeristas barceloneses han tomado la iniciativa de organizar un ciclo de pequeños conciertos en sus espacios. Así, se asiste a ver la exposición y, a la vez, a escuchar unas piezas musicales que amenizan la visita, todo ello acompañado de una copa de cava por cortesía de la galería. Y si pusieramos jamón seguro que el número de visitantes aumenta.

El público asiste más al evento social que a la llamada del arte. Una adecuada forma de comunicar y presencia en medios junto con el boca-oreja pueden hacer que el flujo de visitantes continúe pero en la mayor parte de las ocasiones lo que ocurre es que la exposición languidece en su apacible espacio sin recibir más vistas que unas pocas puntuales.

¿Tiene sentido tener una exposición abierta durante un mes si nadie acuda a verla después del primer día? ¿Por qué hacer entonces exposiciones que duran semanas si nadie va a acudir después del día de la inauguración? ¿No resultará más eficaz poner todos los esfuerzos en un único día?

Un planteamiento de éste tipo es el que llevó a Eduardo Hurtado, uno de los comisarios y actuales directores de Abisal a plantear el proyecto que nos ocupa.

Breve, según su comisario, “pretende indagar en los ritmos de producción y exhibición de los procesos artísticos
contemporáneos”. Se propone a los artistas seleccionados una intervención en la galería que tendrá una duración de un día, donde se incluye el tiempo de montaje, inauguración, exhibición y desmontaje. Esto sucede el último sábado de cada mes y desde Enero han pasado por los breves de la galería de la calle Hernani Juan Aizpitarte y Oier Villar, Estitxu Losa, Usoa Areitio, e Ibai León y Sara Campillo. Para cada una de las exposiciones se publica una postal impresa en fotocopia que al final del proyecto se agruparan en forma de publicación. Los artistas reciben un pequeño presupuesto a modo de dieta del día. Una dinámica que sirve para dar la posibilidad de exponer a un mayor número de artistas, aunque solo sea un día, y a la vez un experimento donde los rítmos y el tiempo son protagonistas. Los resultados, como es de esperar, son muy variados y hay desde el artista que consigue una exposición al uso en un tiempo récord, hasta el que por la premura de tiempo sólo consigue abocetar sus ideas, pasando por el que intenta saltarse las normas del propio proyecto desvirtuándolo.

Breve es un proyecto que se podría agrupar con otros que tienen el trabajo en la galería y no en el estudio uno de sus parámetros principales. Así ocurre con el proyecto Praxis en el Artium donde en su primera edición los hermanos Roscubas restauraban una de sus piezas frente a los visitantes.  En Primer Proforma 2010 (MUSAC) Txomin Badiola, Jon Mikel Euba y Sergio Prego se encerraron junto a quince voluntarios en el museo para crear lo que luego se mostraría como exposición final.

En el caso de Abisal los artistas toman la decisión de si crearán en el propio espacio o se limitaran a colgar sus obras, todo depende de ellos, pero solo disponen de una mañana. Todo un reto con diversos resultados.

Esta inmediatez emparenta a Breve con el arte de guerrilla formando parte de su versión más light, la galerística exposición de guerrilla. Un genero expositivo cada día más en auge en un Bilbao donde supuestos galeristas hacen del alquiler de su espacio su modus vivendi, donde el público rara vez acude al espacio expositivo después del día de su inauguración y donde a los artistas, lejos de alcanzar derechos largamente reivindicados, se les sigue pidiendo todo a cambio de muy poco.


Txema Agiriano

Publicado originalmente en Mugalari el 7 de Mayo de 2010

viernes, 7 de mayo de 2010

ANDREA NACACH


 


“Revolver”

Andrea Nacach

Fotografía

Galería Vanguardia, Bilbao

Hasta el 20 de Mayo 2010

 

La memoria de Andrea

La Galería Vanguardia de Bilbao se suma por tercer año consecutivo al festival cántabro de fotografía y video Foconorte. Para ésta ocasión, la galerista, ha elegido el magnífico trabajo de la artista argentina residente en Barcelona Andrea Nacach (Buenos Aires, 1975). Una exposición que con el título de “Revolver” que nos acerca a los procesos de la memoria.

No nos asustemos, aunque Nacach comenzara su carrera artística en México, donde estudió fotografía y video, en ésta exposición no nos habla de las pistolas o revólveres que tanto aman en aquel país, sino de la acción de mezclar, mover, menear o enredar. En su interesante exposición Behavior en la Capella de Barcelona en enero 2008 dentro de la colectiva “Don’t Believe them” con mucho humor pero como si se tratara de un documental o un estudio etológico nos mostraba el comportamiento de diversos “animales”, incluyendo un hombre disfrazado de Scooby-Doo asediado por los niños o un elefante en el zoo de Barcelona comiendo los excrementos que un compañero acababa de expulsar. ¿Cómo se comportan los animales o como nos comportamos las personas? En ésta su nueva exposición individual Nacach sigue presentando sus estudios antropológicos. Ha decidido revolver en las personas y más concretamente en nuestros lóbulos occipitales. Ahí está nuestra llamada a la memoria y en esta exposición la artista ha decidido jugar con ella. No sabemos muy bien si con la suya o con la nuestra. Tal vez con la de todos.

A la pieza Revolver (Barcelona 2008), que en la Galería Vanguardia abre la exposición, Andrea Nacach lo llama objeto fotográfico. Se trata de una mesa llena de fotos de 10x15 cm, el tamaño de fotos al que más habitualmente se revelan las fotos de nuestras vacaciones, que luego van a parar a los álbumes familiares. Sobre la mesa hay también una pequeña urna de metacrilato llena de fotografías. Los negativos que se han utilizado para ser positivadas no se han realizado con una cámara fotográfica sino que proceden de películas de Super 8. Son series de imágenes de viajes alrededor del mundo realizadas en el pasado, a partir de los años setenta, cuando nació la artista. En estas fotos vemos una visita a un museo o estación espacial, un grupo de flamencos, el cambio de guardia del Palacio de Buckingham, un día de pesca en alta mar, una boda, un día de playa, o cualquier otra cosa… Se trata de una revisión de la memoria de alguien, tal vez de los padres de la propia artista o simplemente de un desconocido. Fragmentos de realidad y memoria puestos por la artista a nuestra disposición para que los observemos, los ordenemos, los desordenemos, los escondamos o los saquemos a la luz, los revolvamos o los archivemos en la urna de metacrilato allí dispuesta como si se tratara de nuestro disco duro cerebral. Una maqueta de una memoria lista para que realicemos nuestras propias sinapsis o incluso un posible proceso de reintegración a partir de la memoria de otro.

¡Ha llegado el paquete de New York!

$42.75 NYC-BCN es un libro-objeto fotográfico de 98 páginas impreso en papel vegetal translucido, realizado en Barcelona en 2008.

Curioso que Andrea se fije en el precio del envío para el título. Tal vez sea la imagen eidética que permaneció en el cerebro de la artista el día que recibió su paquete. Las fotos del libro son un acercamiento al paquete. Vemos el remitente y el destinatario, las características del envío, la bolsa, el cierre y la caja. Están todas las huellas y todas las marcas del paquete recibido que también es paquete enviado. Según vamos pasando hojas, con las manos sabiamente protegidas en guantes blancos de algodón para no dejar nuestro rastro, muchas preguntas nos asaltan la cabeza. Las que nos cuestionan sobre el contenido de la caja serán la principales y pronto obtendremos respuesta. Son pequeñas cosas de la artista, sus libros, sus exposiciones, Argentina, New York. Un travelling emocional. Un recorrido de su memoria pasando hojas. Pasando páginas como yendo hacia el olvido.  Entrevemos lo que hay debajo y a veces las páginas se pegan y algún recuerdo queda oculto. No siempre están ahí cuando los buscamos y aparecen cuando no queremos. Así son los recuerdos y así es esta otra memoria de Andrea.

La siguiente obra a la que nos acercamos en ésta muestra es un video. Lo vemos dentro de una caja blanca. En la filmación se nos presenta una mujer mayor en una playa. Pasea al lado de las olas. Tal vez se trate de la propia Andrea dentro de unos, bastantes, años. Como en un sueño nos avanza sus recuerdos no vividos.

Séptimo Piso, la serie fotográfica con la que se cierra la exposición fue realizada en Buenos Aires en 2006. Son fotografías donde predomina el color blanco, la luz. Algunas de ellas están sobreexpuestas y otras están tomadas a contraluz. Tienen un algo onírico o incluso fantasmal. Las imágenes muestran una vivienda que está siendo vaciada. Formalmente es la parte de la exposición que menos me ha llegado. Conceptualmente sigue la línea general de reflexión sobre el tiempo y el espacio. En éstas fotografías vemos como la casa de la abuela de la artista es desmantelada poco a poco. Se vacían armarios y se retiran baldas, apliques y lámparas. Las huellas permanecen en la casa, dejan la marca de quien vivió en ella aunque ya no esté allí.

En la exposición y a modo de complemento, también podemos ver un ejemplar de su libro Familia (2005). Fotos antiguas y nuevas atravesadas por un troquel en forma de cruz. Un álbum de familia en el que vuelve a hablar de la pérdida, la memoria, el olvido y el duelo.

¿Cómo funciona la memoria? Andrea Nacach nos da diversas maneras de entender éste proceso a través del arte.

Txema Agiriano

Publicado originalmente en Mugalari el 30 de Abril de 2010